Suesca conserva dos caminos ancestrales que invitan a recorrer la historia del municipio mientras se disfrutan paisajes privilegiados. Estas rutas, utilizadas desde tiempos prehispánicos y coloniales, conectan puntos estratégicos del altiplano cundiboyacense y ofrecen una experiencia única para los amantes del senderismo, la cultura y la naturaleza.

El primero es el Camino de los Loceros, que transcurre por la divisoria de aguas entre las cuencas del río Suárez y el río Bogotá. A lo largo del trayecto, se pueden contemplar espectaculares panorámicas de la Laguna de Suesca y los valles que rodean la región. El segundo es el antiguo camino entre Bogotá y Tunja, una vía comercial de gran importancia histórica por donde transitaban comerciantes de ganado, viajeros y personajes históricos. Este sendero fue clave en la conexión entre el altiplano y el norte del país, y hoy permite al visitante caminar entre paisajes rurales cargados de memoria y tradición.